La sensibilidad dental es una situación en la cual los dientes reaccionan de una manera anormal a la presencia de estímulos térmicos, tanto fríos como calientes A esta situación se le llama hipersensibilidad dental.
Antes que nada, hay que conocer los tejidos que forman el diente para poder entender la sensibilidad.
- La corona es la parte de masticación del diente, es decir normalmente la parte que vemos al abrir la boca.
- La raíz es la parte que está unida al hueso y encía y normalmente no se ve.
La corona está recubierta en su parte externa por el esmalte. Un tejido muy duro y protector. En la parte interna tiene la dentina, tejido más blando y con unos túbulos que comunican la parte externa del diente con el nervio. La dentina también continúa por la raíz.
A lo largo del diente también está el conducto o los Conductos, según el tipo de diente, que llevan en su interior el paquete vasculonervioso que es el responsable de la transmisión a los cambios térmicos.
Las causas más habituales son las siguientes.
CARIES
Cuando una caries dental va avanzando a través de la dentina y se va aproximando hacia el nervio, se notará un aumento de sensibilidad en el diente, y si sigue avanzando, dolor.
ENFERMEDAD PERIODONTAL
Cuando el hueso debido a esta enfermedad empieza perder altura, y en ocasiones la encía lo va acompañando en su pérdida, la raíz se va quedando sin protección y el cemento es un tejido muy fino que fácilmente transmite estímulos térmicos, por lo que aparecerá desde una hipersensibilidad localizada o en ocasiones más extensa y generalizada.
BRUXISMO
El bruxismo es una situación en la cual el paciente aprieta fuerte los maxilares, en ocasiones hace movimientos laterales en el momento de apretar y en consecuencia, se puede producir, dolor en músculos masticatorios, dolor de la articulación temporomandibular, y desgaste dental que va desde oclusal a desgaste cervical, cerca de la línea gingival y recesión gingival. Esta situación también es muy habitual en la aparición de sensibilidad dental.
TRATAMIENTO
Los tratamientos tienen que ir dirigidos en dos direcciones.
- Hay que tratar la causa, si hay caries, hay que eliminarla y rellenar el espacio, si es enfermedad periodontal, tratarla para controlarla. Y si hay bruxismo tratarlo con las posibilidades que tenemos, férulas de descarga, fisioterapia, etc. En esto casos y principalmente en enfermedad periodontal, con el tratamiento no eliminaremos la sensibilidad, por lo que tendremos que hacer un tratamiento dirigido específicamente a la sensibilidad.
- Iniciar tratamientos conservadores, lo más habitual, sería usar pastas, colutorios o geles desensibilizantes. Suelen tener un inicio de acción tardío y eso puede hacer que el paciente se desespere y no continúe el tratamiento, pero hoy día dan bastante buen resultado.
Si la situación no mejorara y hay una hipersensibilad localizada, como última opción sería la endodoncia. La desvitalización y tratamiento de los conductos del diente.
En ocasiones aparece sensibilidad posterior a una higiene dental, esto ocurre porque el sarro depositado en la zona de la raíz del diente está “protegiendo” de los estímulos térmicos. Está sensibilidad suele desaparecer en pocos días sin tratamiento, aunque si es necesario se pueden usar desensibilizantes.